Y ahí estuvimos, de colados. Pero cómo no ir a honrar a Celene Navarrete y Chiara Arroyo, las dueñas de LA Librería, por su indeclinable voluntad de acercar las letras a los niños de esta ciudad tan televisiva y frívola. No está de más decir que el lugar se llenó a tope, señal de que todavía hay esperanza para la cultura libresca y el bilingüismo. ¡Salud, amigas mías, y vengan muchos años más de lecturas compartidas y amenas presentaciones!